Propuesta de Planificación:

Inicio:

El docente pregunta a los niños si alguna vez han tenido experiencia plantando vegetales, frutas, flores o árboles, generando una conversación al respecto y compartiendo experiencias.

Escuchar la canción. Preguntar a los niños si conocen las partes de una planta. Luego preguntar si saben cómo crece una planta desde su semilla o si lo han visto antes.

Desarrollo:

Reunir a los estudiantes en grupos de 4 o 5 para realizar un trabajo de observación experimental.

Pedir a los estudiantes que tomen uno de los porotos que tienen, lo observen y registren con palabras y dibujo lo que ven en sus cuadernos.

Luego, el docente debe cortar en un costado el poroto, de tal forma que sólo se rompa la capa externa que cubre la semilla. Los estudiantes deben registrar con palabras y dibujo lo observado.

Después, pedir a los niños que separen sus porotos por la mitad. A esta altura deberían ver la primera parte del proceso de crecimiento de la planta y sus partes (cotiledón, radícula, hipocotilo, primeras hojas). Pedir a los estudiantes que registren lo observado con dibujo y palabras en su cuaderno.

Finalización:

Pedir a cada grupo que coloque las semillas restantes (las que no se usaron para la observación) en un vaso o recipiente, y que lo cubran con un algodón húmedo. Invitar a los niños a observar diariamente el crecimiento de la planta. Para enriquecer esta actividad, se puede dejar una hoja de registro al lado de la planta, para que los niños sigan registrando a diario o semanalmente lo que observan.

Objetivo de Aprendizaje:

Observar y describir, por medio de la investigación experimental, las necesidades de las plantas y su relación con la raíz, el tallo y las hojas.

Recursos y Materiales:

• Canción
• Reproductor de música
• Porotos previamente remojados en un algodón húmedo (dos o tres días antes).
• Vaso plástico transparente.

Orientaciones pedagógicas:

El vaso plástico puede ser reemplazado por cualquier material reciclado, como envase de yogurt, caja de huevo u otro material que pueda servir. Si es posible, hacer la actividad en un laboratorio, para enriquecer y acercar a los niños a lo que es una experiencia de investigación científica. Si el espacio lo amerita, esta actividad es un buen inicio para comenzar a armar una huerta con los estudiantes, invitándolos a llevar semillas de frutas o verduras de la estación, cada uno puede aportar con alguna herramienta que tenga en casa y entre todos juntar las cosas necesarias.